Por Mouris Salloum George

La insuficiencia de recursos presupuestales para la educación superior pública, sobre todo en la parte correspondiente a becas, mantiene a cientos de miles de estudiantes en la incertidumbre. La SEP dispuso un presupuesto recortado de 1,927 millones de pesos para el presente ciclo, 2022-23, solo para el Programa Elisa Acuña, establecido para apoyar en la manutención de estudiantes de nivel superior (de solo nueve instituciones, incluida la UNAM). 

Para el presente año, el programa dispuso otorgar un monto de cinco mil 400 pesos por becario, para los tres primeros bimestres, equivalente a 900 pesos por mes. Como se puede ver es una cantidad modesta, pero para los beneficiarios es importante.

Ante los rumores de que se cancelaba el programa Elisa Acuña –el nombre honra a la maestra y periodista de la Revolución Mexicana-, grupos de estudiantes salieron a protestar para que las universidades tuvieran que publicar las convocatorias para el efecto (con menos beneficiarios).

El programa Elisa Acuña sufrió un recorte de 2,622 millones de pesos en el presupuesto de la SEP para el año 2023. 

Valga aclarar que respecto del tema abunda información parcial, que dificulta lograr una visión panorámica sobre los alcances y complicaciones de este recurrente problema. 

Como dato fundamental, en el presente ciclo se inscribieron al nivel superior más de cinco millones 111 mil alumnos, de un total nacional cercano a 35 millones de estudiantes (de todos los niveles y subsistemas).

Debe señalarse que las instituciones públicas y privadas mantienen una red de becas muy amplia y diversa, con recursos federales o propios; en la que participan grandes empresas e instituciones de asistencia privada. No obstante, es insuficiente. 

La deserción estudiantil por falta de becas es una consecuencia que parece agravarse.

El regateo de apoyos a la educación superior pública y privada en México es un problema crónico, muy lamentable, pero se acentuó en la presente administración.

Este gobierno prometió apoyar a la educación superior y construir más universidades. Su plan lo concretó en un subsistema denominado Universidades del Bienestar Benito Juárez. El problema con este subsistema es que adolece de la calidad que demandan las circunstancias del país en el contexto global.

En México solo un 25% de los estudiantes logra ingreso a la educación superior; con todo, el país apenas alcanza un 32% de cobertura, contra muchas naciones que registran 50% o más. 

Que, en nuestra sociedad, el público no lea ni compre libros, es un mal indicador; que el gobierno tampoco invierta lo necesario es peor síntoma. Que muchos jóvenes luchen por más y mejores becas, a pesar de todo, es una buena señal. Hay esperanza.

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